dimarts, 6 d’octubre del 2009

Quant d'absurd per menyscabà a l'AVSU !

Si aquest fets els denunciés AVSU .... que aquí també ens passa i més coses que per no encendre tots els focs, com alguns diuen que fem, ens callem ...., com sempre les 3 o 4 veus de sempre sortirien com un esglai !!!!!!, ".... con lo de los intereses ocultos y demás sainetes.... " jajaja.

Quin poc sentit comú !!!! i mai millor dit, perquè això del be comú, molts no saben ni que és.

Salut !
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Diari de Tarragona

De primaria a la ESO, la carga de la mayoría de las mochilas supera el 10% del peso corporal de quienes las llevan a la espalda

Norián Muñoz - 06/10/2009 08:33

Javier (nombre ficticio) va a sexto de primaria en un colegio público y, como cada lunes, su madre viene arrastrando la mochila para ayudarle. «La compramos de rueditas porque si no, no hay quien pueda con ella», señala ella. Él, por su parte, lleva otra mochila a la espalda, de las tradicionales, donde tiene el material para gimnasia: chándal, zapatillas chinas, toalla... Javier es, por mucho, el más grande de su clase. Pesa 61 kilogramos, pero entre las dos mochilas traslada ocho kilos y medio, es decir, un 13,9% de su peso corporal. Se trata de una cifra superior a lo recomendado por los médicos, que indican que los niños no deberían cargar con más del 10% de su peso. Y su madre acota: «Hay niñas más pequeñas, más menudas, que van a la misma clase y tienen que cargar con lo mismo que él».

Javier es uno de los seis chicos y chicas (ver cuadro anexo), de diferentes niveles educativos, que se prestaron voluntarios para que les pesáramos con y sin sus mochilas. La pretensión era, simplemente, buscar un ejemplo de lo que podían pesar los bultos. El resultado fue que sólo uno de ellos, el más grande, transportaba menos del equivalente al 10% de su peso corporal. Su mochila pesaba, eso sí, 7,1 contundentes kilos.

Digital, pero a medias

Una de las novedades de este año en las mochilas de los escolares es el hecho de que 21 colegios de la demarcación participan en la primera fase de despliegue de los ordenadores portátiles. Uno de los centros piloto de Tarragona es el IES Martí Franqués. El director del instituto, Joan Giné, explica que en su centro son 125 los alumnos de primero y segundo de ESO que participan en el programa. Estima que, de momento, esto puede suponer eliminar el 40% de los contenidos escritos.

Nos acercamos a la salida del centro para comprobar si la digitalización ha logrado aligerar el peso de las mochilas y la respuesta contundente de los chicos y chicas que encontramos es que «todavía pesa muchísimo». Más de uno tiene la curiosidad de poner su bulto sobre la balanza. Con el portátil dentro ninguno pesa menos de cinco kilogramos. Nos explican que no es que el aparato sea demasiado grande, sino que todavía tienen libretas para todas las asignaturas, además de algún libro que les tocaba llevar a casa.

En cuanto a instrumentos tecnológicos, los expertos apuntan a que será más bien el libro electrónico o e-book el que consiga, de una vez por todas, acabar con la carga excesiva de material escolar.

Hasta en la hora del bocadillo

La medición sirvió además para constatar que el saber sí ocupa lugar, especialmente a medida que los niños se hacen mayores, puesto que la mochila cada vez que se pasa de curso escolar pesa más.

Así se queja un grupo de jóvenes de otro instituto de la ciudad. Las encontramos en la calle, en la hora del bocadillo, y todavía cargan con las pesadas mochilas. Estudian bachillerato y explican que van «con la casa a cuestas» por miedo a que les roben los libros. Dicen que en el instituto no hay dónde dejar el material. «Hay unos carteles que lo dicen en las clases, que los salones no se cierran cuando los alumnos salen». Una de las jóvenes explica que viene de La Canonja al centro de la ciudad. «Paso todo el día con esto a cuestas, mira cuánto pesa», señala.

En otros centros sí que hay taquillas habilitadas, como en el Martí Franqués, pero hay que pagarlas. El alquiler es de 50 euros anuales, pero se puede alquilar junto a un compañero para que sea un poco más económico.

Preocupación familiar

El tema preocupa a no pocos padres y abuelos, en parte porque muchos son los encargados de transportar los libros. Una madre recuerda que fue a hablar el año escolar pasado para conseguir que su hijo, que cursaba entonces quinto de Primaria, no tuviera que cargar con todos los libros de la casa al colegio y del colegio a la casa. En el centro la respuesta fue que hacían las cosas de esta forma «para que el niños se acostumbrara para cuando llegara a ESO». Ante la insistencia de la madre permitieron al niño dejar en clase los libros que no necesitaba para hacer los deberes. «Me dijeron que harían la vista gorda para que no se llevara todo cada día», señala.

Y mientras, los más pequeños, preguntados por la carga que llevan cada día, también tienen su opinión. Una niña de ocho años, que acaba de comenzar tercero de Primaria, estrena sus recién adquiridos conocimientos sobre los huesos del cuerpo cuando se le pregunta sobre la moderna mochila que lleva a cuestas. «Pesa demasiado, siento una presión aquí (señala con el dedo), en la clavícula y el omoplato», dice.


Han presentado un recurso contencioso-administrativo. El consistorio recuerda que hay escolares que ‘aún estudian en barracones’

Octavi Saumell - 05/10/2009 20:27

Los vecinos de la urbanización de Tarragona 2 han llevado al Ayuntamiento hasta los juzgados. Los residentes de la zona donde consistorio y Generalitat quieren ubicar un instituto han presentado un recurso contencioso-administrativo contra la decisión de ambas administraciones.

Así lo confirmó ayer el presidente de la asociación de vecinos, José Luis Pérez, quien lamentó que en la decisión de construir el centro educativo «no se ha tenido en cuenta, para nada, la opinión de los ciudadanos».

El representante vecinal indicó que los residentes están dispuestos a llegar «hasta las últimas consecuencias», y que el Ayuntamiento «no atiende a las razones que le hemos expuesto». En este sentido, indicó que «el problema no es que venga un instituto a la urbanización, sino que su capacidad será para albergar a 650 jóvenes, si fuera para un centenar no tendríamos ningún problema».

Recientemente los vecinos de Tarragona encargaron un informe técnico que puso sobre la mesa la problemática que acarrearía la instalación del centro educativo en la zona. En dicho documento se especifica que la urbanización residencial, y en concreto la calle Gramunt i Subiela, «sufre solicitaciones circulatorias inadecuadas por su naturaleza», así como que «presenta síntomas de colapso», sobre todo en las horas de entrada y salida del centro escolar.

Desde la asociación, integrada por unos 200 vecinos, se recuerda que el origen del espacio «estaba destinado a una población de baja intensidad, residencial, con unas viviendas a pie de calle» y, precisamente por ello, «los viales y los espacios de equipamientos se deben tener en cuenta a partir de la naturaleza de la zona». El trabajo técnico señala: «Las anchuras de la calzada y de las aceras han estado diseñadas para una baja intensidad de circulación».

‘Es necesario’

La portavoz del equipo de gobierno municipal (PSC-ERC) del Ayuntamiento de Tarragona, Begoña Floria, lamentó ayer que este grupo de vecinos se oponga a la puesta en marcha de un instituto de secundaria. A juicio de la representante socialista, se trata de un equipamiento «necesario» para la ciudad.

Según Floria, el gobierno no encuentra mal que se presente un recurso, ni que se expongan razones «comprensibles», como la movilidad. Sin embargo, matizó que al consistorio le «preocupa» que se evidencie un «tono de rechazo» hacia un equipamiento público, cuando «hay escolares en la ciudad que estudian en barracones».

http://www.diaridetarragona.com/

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